viernes, 21 de diciembre de 2007

La RAEV pasa la ITV con creces

Esta es la crónica de mi visita a la RAEV: fueron unas 30 horas de grata compañía, atención impecable, bellos edificios modernistas, empleadas amparines aseadas (Víztor me lo remarcó y tenía razón), nueva arquitectura calatravense, iglesias con bellas pinturas, cafés simpáticos, arroz al horno, calabaza también al horno, hogar entrañable y cómodo (el de Ripley) y restaurantes simpáticos.


Me recibió Tesorete en la estación: fuimos a casa de Ripley en el modernísimo metro valenciano y me depositó en el bonito café Soret, donde Estoymulocaa, Tesorete y yo tomamos un delicious cappuccino.

Todas las instalaciones han sido revisadas y cumplen los requisitos pertinentes. Para empezar, la casa de Ripley es muy bella, espaciosa y está decorada con gusto. Además, para cenar me puso chuleta de cerdo con setas y queso La Peral.


El martes, desde por la mañana paseamos por las diversas calles de la ciudad. Aprendí lo que era el arroz al horno: ¡¡lástima que en la RAER no hubiese horno accesible!! Esos nens valencianos nos tendrían que haber hecho, aparte de tiramisú vittoriano, unos cuantos arrocicos al horno. Imborrable el momento-arroz-al-horno, de verdad.


Después de comer se nos unió Víztor y nos enseñó las joyas culturales de Valencia: una expo de Marilyn Monroe, con sus ropas y sus cartas y sus barralabios y sus cositas...



















Y después, las bonitas pinturitas y el cupulismo de las iglesias valencianas...


Finalmente, Tesorete y Edu vinieron a cenar con nosotros a un lugar desenfadado, ensaladista, bocadillista y...con tartas de charol. Vean a Vittorio en el momento más gocho de su existencia. Vean también a Tesorete con sus amiguitos, los muñecos que se mueven al compás de la música.






¡¡Enhorabuena, raevenses, merecéis una academia, sin duda!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ayayayay estas reuniones de becarios que después de la beca son amiquets, cómo me gustan, Amparín, y tráeme otro tomate, que le voy a hacer un arroset a la Valleinclana, que parece que le han gustado, nena!