Estos jóvenes, hoy demacrados y afectados por la lacra de la drogadicción, en su día fueron insignes borsisti de la Academia de Roma. Ganaron premios de escritura teatral, obtuvieron becas postdoctorales, fueron funcionarios del ente público... pero todo eso quedó atrás y hoy son meros títeres en manos de las drogas.
Jóvenes, un consejo: si no queréis acabar así, decid adios a la drogaína ¡ya!