sábado, 27 de enero de 2007

Crónicas desde el exilio

La becaria Valleinclán se encuentra durante unos días en Madrid, lejos de su granato y borsista hogar romano. Desde aquí, os comenta dos importantes sucesos:

1) La becaria de arte y traumatología ¡¡ya puede apoyar el pie en el suelo y dar unos pasitos!! Hoy la menda fue a verla un ratito a su casa, rollo visita que va a tomar el té y lleva unas galletitas y un micropanettone de El Corte Inglés para echar unas risas (duro como una piedra estaba el condenao), y pudo comprobar esta novedad. ¡¡Lástima no haber tenido una cámara y dotes fotográficas como las de Majo para inmortalizar el momento Clara Sessemann!! Me sentí un poco como Heidi cuando vio que Clara, trasladada a los Alpes suizos para ver si con el aire de la montaña recuperaba milagrosamente la motricidad, se marcaba unos pasitos. ¡Qué jolgorio! Me dieron ganas de dar brinquitos junto a Niebla y Copito de Nieve.

2) La abajo firmante fue al mercado de cerca de su casa el otro día a comprar Parmesano para una ensalada de rúcola-pera-parmesano. Lo venden el Parmesano en una tienda de delicatessen sita dentro del market.Le digo al dueño del puesto: "hola, quería Parmesano que se pueda cortar, no para rallar" (porque en Roma me dieron uno durísimo que no había cuchillo que lo atravesara y que por lo visto estaba destinado a ser rallado). El señor me intenta explicar que el Parmesano no se lonchea como las tranchettes, que es otro tipo de queso que lleva un proceso de fabricación bla , bla y trata de explicarme que eso de decir "que no sea para rallar" no es pertinente. Ahí me entró el snobismo que todos los borsisti padeceremos tras regresar a Spain y solté la siguiente y lamentable frase: "Perdone, llevo cuatro meses en Roma y sé que hay ciertos parmesanos que no se pueden cortar. También sé que no se pueden hacer lonchas grandes sino cortar meras láminas o pedacitos". Faltaría más.

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