miércoles, 9 de julio de 2008

El palacio de los dejà vu


Queridos amigos:
Estoy pasando unos días en un lugar en el que...
-hay un claustro.
-ese claustro tiene una campana para anunciar las comidas.
-hay dentro un templo circular.
-la gente viene a casarse a la iglesia cercana y a hacerse fotos.
-todo tiene cierto aire vetusto.
-el wifi está limitado por el grosor de los muros.
-para entretenerse, hay una sala de billar y un cine-club.
-hay becarios que vienen de todas partes y todo el mundo dice que son menos problemáticos que el año pasado.


¿No os parece estremecedor?
Pero antes de asustaros y de ir a la farmacia corriendo para tomar la pastilla adecuada para salir de Matrix, debéis tener en cuenta que...

-el claustro no es franciscano.
-la campana la usan, y todos los días las comidas son a la misma hora: las 9, las 2 y las 9.
-la capilla no es una joya del renacimiento, sino una horterada del estilo católico post-vaticano segundo.
-no hay que hacer cola para que te den fecha para la boda: ¡así cualquiera!
-de decadentismo romano, nada, ¡viva el suelo de terrazo y el rollo chalet de la sierra!
-el wifi... (bueno, esto es igual).
-eeeh... Bueno, aquí además hay un ping pong. Pero a las pelis no va nadie, que conste.
-los becarios son majos, sí, ¡¡¡pero no son mis borsisti!!!

Ah, y el dato más escalofriante de todos, aquel que hace que todo encaje: la función única de "Todos los caminos" se hará en las ruinas del Convento de Santo Domingo y... ¡SAN PABLO!
¿No se os pone la piel de gallina?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo los vellos como escarpias, Jean Paul. Me dan como sustico tantas coincidencias. Voy a tocar madera, por si acaso. Enhorabuena por tu estreno, majo (me refiero a "majo" de simpático, no a Majo Prieto esta vez).

Anónimo dijo...

Giovanni Paolo, cuéntalo todo, sí, también lo de que por las noches se oye una berrea... Este es un caso digno del profersor Jiménez del Oso.
Me uno a la enhorabuena de Mercebri, y a la pena por no poder asistir al estreno. No nos das más que alegrías, Juan Pablo. Grazie mille!